Determinantes del tiempo frente a la pantalla y consecuencias para la salud en niños y adolescentes: lecciones de un estudio de cohortes tras la pandemia de COVID-19
Viviane Richard, Elsa Lorthe, Roxane Dumont, Andrea Loizeau, Hélène Baysson, María-Eugenia Zaballa, Julien Lamour, Mayssam Nehme, Rémy P. Barbe, Klara M. Posfay-Barbe, Idris Guessous*, Silvia Stringhini*, para el grupo de estudio SEROCoV-KIDS. *Estosautores han contribuido a partes iguales a la redacción de este manuscrito.
Determinantes y consecuencias para la salud del tiempo frente a la pantalla en niños y adolescentes: conclusiones posteriores a COVID-19 de un estudio de cohortes prospectivo.Swiss Medical Weekly, junio de 2025, doi.org/10.57187/s.4247
Resumen
Objetivos: El objetivo de este estudio fue estimar la prevalencia específica por edad del tiempo frente a la pantalla en niños y adolescentes, identificar sus determinantes sociodemográficos y familiares, y evaluar su impacto en la salud física y psicosocial.
Métodos: Los datos proceden de la cohorte prospectiva SEROCoV-KIDS, que incluye a niños seleccionados aleatoriamente que viven en Ginebra (Suiza). El tiempo diario de pantalla, así como las características sociodemográficas y familiares, se recopilaron en el momento de la inclusión en el estudio (diciembre de 2021 - junio de 2022). Los indicadores de salud física y psicosocial se midieron en el seguimiento un año después.
Resultados: Entre 674 niños (de 2 a 8 años), 752 preadolescentes (de 9 a 13 años) y 434 adolescentes (de 14 a 17 años), la mediana del tiempo diario de pantalla fue de 29 minutos, 1h14 y 3h18 respectivamente. Un menor nivel educativo de los padres y unas prácticas parentales menos favorables se asociaron con un mayor tiempo frente a la pantalla en todos los grupos de edad. Sólo entre los niños, la mala salud mental de los padres (+14 minutos/día; IC 95%: 2-27) y el conflicto trabajo-familia (+6 minutos/día; IC 95%: 2-10) se asociaron con un mayor tiempo frente a la pantalla. Tras el ajuste, los altos niveles de tiempo frente a la pantalla se asociaron con una mayor probabilidad de baja calidad de vida física, emocional y académica en preadolescentes y adolescentes, y con dificultades sociales en adolescentes, un año después.
Conclusión: Casi todos los niños utilizan pantallas, pero los que proceden de entornos socialmente desfavorecidos y de familias con tensiones presentan un mayor riesgo de prolongar el tiempo de pantalla. Las consecuencias para la salud puestas de manifiesto subrayan la necesidad de una estrecha vigilancia.
Enlace a el artículo en inglés
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